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Todos culpables: Mosa, Guede y el plantel hunden a Colo Colo

alexis_86

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30 Jun 2017
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Copio esta columna bastante interesante sobre la radiografia de lo que Colo-Colo es hoy, una bolsa de gatos.

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La humillante derrota del pasado jueves ante Delfín sumió a Colo Colo en una profunda depresión y desató una guerra civil a la que se le acumulan los episodios incendiarios. Conflictos y problemas que permanecían escondidos quedaron al descubierto y se le sumaron algunos nuevos que afectan a todos los estamentos del club: dirigencia, cuerpo técnico, camarín e hinchada. Aquí algunas claves que ayudan a explicar el origen de los males que queman al Cacique.

Presidencia débil. Más pendiente de sobrevivir en el cargo que de presidir realmente la institución. Todos los movimientos de la última época de Aníbal Mosa han tenido que ver con eso. Ha buscado alianzas en la mesa del directorio (Club Social y Deportivo), en la banca y en el plantel, pero a costa de ceder a todos sus caprichos. Eso lo ha puesto a él y a la institución en una posición de debilidad de efectos claramente nocivos, al club con graves pérdidas económicas también (los sueldos del primer equipo subieron en el 40% el último año según sus propios datos oficiales), y que no les permite tener una visión diáfana de su propia realidad.

Banquillo ególatra. Más allá de que le salgan puntualmente los juegos de magia, como el de transformarse en víctima en vez de en villano con su amago frustrado de fuga, o de sus resultados en el ámbito local (cuatro títulos y dominio de los clásicos), favorecidos por el bajo nivel de la competencia, Guede es más un problema que una solución. Dirige pensando mucho más en sí mismo, en su vanidad, que en el bien del equipo. Ajuste de cuentas, obsesión por la genialidad personal y exceso de soberbia marcan su paso. Al tiempo, pese a la exhibición ficticia de personalidad, está entregado a los pesos pesados del camarín. Ya no tiene crédito entre la grada y acumula muchos enemigos al interior del Cacique. Su proyecto se agotó más allá de que artificialmente se prolongue.

Camarín dividido. Demasiado a la vista ahora con el quiebre no disimulado con Barroso, un veterano habituado a pronunciar en alto todo lo que se le viene en la cabeza. Desde hace semestres, sin que nadie haya puesto un stop, el vestuario se ha acostumbrado a hacer y deshacer a su antojo. Pero no como un grupo cohesionado, sino todo lo contrario. Ha primado el cada uno a lo suyo y acá hacemos lo que queremos. Se les ha consentido todo, dentro y fuera de la cancha, con la pelota y con las redes sociales, hasta volverlos ingobernables y descontrolados. Los más jefes, los más autorizados a poner orden, miran también demasiado hacia sí mismos.

El nivel. La confusión principal actual de Colo Colo procede de sus resultados domésticos. Con lo que tienen les ha alcanzado para mostrarse superiores en los campeonatos locales. Y eso ha impedido armar profesionalmente un plan para la competencia internacional, ésa que ahora lo ha dejado desnudo y de frente a todos sus problemas. Un equipo viejo, caro, poco refundado y mal dirigido que deja sin mucho remedio a la vista. Al menos a corto plazo. Son tantos los factores y los elementos afectados que cuesta ver la salida a esta crisis que parece terminal.

Fuente: La Tercera.
 
G

gurubai

Invitado
Remedio local la salida de Guede. Pero la cagadita que tiene la siniestra dupla
Mosa-Guede es muy grande. Algunos nombres que se Dan para la banca me Dan escalofríos. No aprenden y parece que no aprenderán.
 
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